En el yoga se le llama pranayama a las distintas técnicas de respiración. Los yoguis consideran el ‘prana’ la energía vital o fuerza que nos mantiene vivos. Fuera de la filosofía yogi, gracias a la ciencia sabemos que sí existe una energía dentro de todos nosotros y sí es esencial para nuestra existencia. Nuestro cuerpo funciona mayormente gracias a la energía que obtenemos tras el metabolismo de nuestro consumo de alimentos. Y gracias a la bioenergética, sabemos que el cuerpo es considerado un sistema abierto: lo que significa que intercambia materia y energía con el entrono.
”Así como existe una verdad literal y una verdad poética, también existe en los humanos una anatomía literal y una anatomía poética. Una, la puedes ver; la otra, no. Una esta formada por huesos y dientes y piel; la otra esta formada por energía, recuerdos y fe. Las dos son igualmente verdaderas.” – Neurocientífico y yogi citado por Elizabeth Glibert en su libro Comer, Rezar, Amar.
Al ser una función autónoma, no tenemos que detenernos para recordar que hay que respirar. Así que la mayoría de nosotros crecimos sin el hábito de prestar atención a nuestra respiración, y mucho menos aprendimos que existen diversas técnicas para mejorarla. Lo más curioso es que cuando comenzamos a prestar atención a la respiración, nos damos cuenta que nos puede decir mucho acerca de cómo nos sentimos. Cuando estamos nerviosos, agitados o molestos, la respiración es rápida y corta; si al contrario estamos tranquilos, nuestra respiración es profunda y más lenta.
Como corredores, no solo nos interesa poder manejar de mejor forma nuestras emociones a través de la conciencia respiratoria, pero también se vuelen llamativos los beneficios cardiopulmonares.
Los alveolos son pequeños sacos que tenemos dentro de nuestros pulmones y que se encargan de llevar a cabo el intercambio gaseoso, para que pueda salir el CO2 como desecho corporal y pueda ingresar el O2. Recientemente tomé un curso de fisioterapia cardiorrespiratoria ya que soy estudiante de terapia física, y aprendí que cuando hacemos una retención de la respiración (técnica de kumbhaka en yoga) favorecemos el intercambio gaseoso en los alveolos. Esto sucede porque al no ingresar más aire en ese momento, permitimos que el aire inhalado se esparza hacia los alveolos. Esto es importante porque cuando estamos respirando muy rápido o cierta parte de nuestro aire inhalado se queda en nuestras vías respiratorias superiores (de la nariz a los bronquiolos terminales), no se puede llevar a cabo este intercambio de la forma más eficiente.
Otra razón por la que debemos trabajar técnicas de respiración es porque contamos con varios músculos que participan en la inhalación y exhalación, pero hay uno que es especialmente importante. El diafragma es un músculo con forma de paraguas que ayuda a que los pulmones se puedan expandir en la inhalación y contraer en la exhalación. Estamos muy acostumbrados a fortalecer nuestros músculos visibles para ser mejores atletas, pero se nos olvida que hay otra musculatura interna que podemos trabajar también. Este músculo responde a las mismas reglas de entrenamiento que cualquier otro, se adapta y necesita ser entrenado para mejorar su capacidad.
El primer paso para comenzar a mejorar tu respiración es hacerte consciente de ella. Puedes ponerte el propósito de pausar por ciertos momentos durante el día para percibir cómo se encuentra tu respiración, y posiblemente agregar algunas respiraciones profundas cuando lo necesites.
En Yogi Running Club trabajamos las técnicas de respiración con el propósito de tener más herramientas que nos ayuden a ser mejores corredores, y claro – tener el beneficio de mejorar nuestra salud. Encuentra más información aquí.
Sofía Cárdenas 